Los conciertos, que están consiguiendo unos niveles de asistencia altísimos, se consagran como una de las opciones culturales favoritas para el público de Alcossebre
La delicada música de Mateo Rived y Bretrand Kientz fue la encargada de abrir la semana en el Tipic Bar. La suave voz del músico al que la cantante y profesora Cristina Blasco bautizó como el Chet Baker valenciano y, la destreza de Bretrand Kientz a la guitarra, consiguieron grandes elogios entre los asistentes al concierto que nos devolvió al jazz de los años cincuenta y que cautivó a los amantes de este género musical. El concierto, que combinó temas de Chet Baker, Thelonious Monk y un poco de bossa nova, terminó con una pieza de Bob Dylan que todo el mundo acompañó con chasquidos de dedos y un gran aplauso final.
Por su parte, María del Plata y Santiago Peláez consiguieron llenar el Montemar en el que era su último concierto en el Slow Music Fest 2014. El dúo, que encandiló a los asistentes, se llevó un largo aplauso final y, tras peticiones del público, alargó su actuación ofreciendo media hora más de su tierna música. El repertorio de jazz, bossa nova y neo soul por el que apostó la pareja fue un éxito y la combinación de clásicos como “Just the two of us” de Grover Washington Jr. o “Cry me a river” de Arthur Hamilton con temas más contemporáneos como “Cherry” de Amy Whinehouse, interpretados con la dulzura que caracteriza al dúo, no dejaron a nadie indiferente.
Totalmente diferente fue la noche del Can Roig, donde los ritmos latinos de Yambú Trío llenaron el ambiente durante más de dos horas. Sergio Riera al piano, Abel Sanabria al bajo y Julio Montalvo a la percusión, al trombón y a la voz, amenizaron la velada del restaurante, en el que no quedaba ni una mesa libre. La sorpresa de la noche, no obstante, llegó de la mano de Eugenia Sancho, amiga de los músicos, que colaboró con el grupo en diversos temas y boleros con los que invitó al público a cantar y bailar con ellos.
Más baile, esta vez a ritmo de rumbas, hubo el jueves en la Taberna Pikapote con Barón Dandy y sus rumberos. José Manuel Marqués a la guitarra y la voz, Aristides Abreu a la guitarra y Paco Bernal a la percusión y los coros convirtieron la noche en una fiesta con sus personalizadas versiones de los grandes clásicos de la música española. Su estilo tan personal y único hizo vibrar al público desde el minuto uno, público que no dejó de acompañar con palmas al grupo valenciano. Barón Dandy y sus rumberos completaron con el concierto del jueves su andadura por el Slow Music Fest 2014 de Alcossebre, habiendo conseguido unos altos niveles de asistencia a sus conciertos y la fidelización de muchos miembros del público a los que el trío ha cautivado con cada actuación.
La semana que viene el Slow Music Fest continua con Thaïs Morell y su Bossa Nova el martes en Montemar. El miércoles vuelve Saudade con su flamenco y copla al Can Roig y, el jueves Simón Cortés y sus rumbas de cantautor estarán en la Taberna Pikapote.
La delicada música de Mateo Rived y Bretrand Kientz fue la encargada de abrir la semana en el Tipic Bar. La suave voz del músico al que la cantante y profesora Cristina Blasco bautizó como el Chet Baker valenciano y, la destreza de Bretrand Kientz a la guitarra, consiguieron grandes elogios entre los asistentes al concierto que nos devolvió al jazz de los años cincuenta y que cautivó a los amantes de este género musical. El concierto, que combinó temas de Chet Baker, Thelonious Monk y un poco de bossa nova, terminó con una pieza de Bob Dylan que todo el mundo acompañó con chasquidos de dedos y un gran aplauso final.
Por su parte, María del Plata y Santiago Peláez consiguieron llenar el Montemar en el que era su último concierto en el Slow Music Fest 2014. El dúo, que encandiló a los asistentes, se llevó un largo aplauso final y, tras peticiones del público, alargó su actuación ofreciendo media hora más de su tierna música. El repertorio de jazz, bossa nova y neo soul por el que apostó la pareja fue un éxito y la combinación de clásicos como “Just the two of us” de Grover Washington Jr. o “Cry me a river” de Arthur Hamilton con temas más contemporáneos como “Cherry” de Amy Whinehouse, interpretados con la dulzura que caracteriza al dúo, no dejaron a nadie indiferente.
Totalmente diferente fue la noche del Can Roig, donde los ritmos latinos de Yambú Trío llenaron el ambiente durante más de dos horas. Sergio Riera al piano, Abel Sanabria al bajo y Julio Montalvo a la percusión, al trombón y a la voz, amenizaron la velada del restaurante, en el que no quedaba ni una mesa libre. La sorpresa de la noche, no obstante, llegó de la mano de Eugenia Sancho, amiga de los músicos, que colaboró con el grupo en diversos temas y boleros con los que invitó al público a cantar y bailar con ellos.
Más baile, esta vez a ritmo de rumbas, hubo el jueves en la Taberna Pikapote con Barón Dandy y sus rumberos. José Manuel Marqués a la guitarra y la voz, Aristides Abreu a la guitarra y Paco Bernal a la percusión y los coros convirtieron la noche en una fiesta con sus personalizadas versiones de los grandes clásicos de la música española. Su estilo tan personal y único hizo vibrar al público desde el minuto uno, público que no dejó de acompañar con palmas al grupo valenciano. Barón Dandy y sus rumberos completaron con el concierto del jueves su andadura por el Slow Music Fest 2014 de Alcossebre, habiendo conseguido unos altos niveles de asistencia a sus conciertos y la fidelización de muchos miembros del público a los que el trío ha cautivado con cada actuación.
La semana que viene el Slow Music Fest continua con Thaïs Morell y su Bossa Nova el martes en Montemar. El miércoles vuelve Saudade con su flamenco y copla al Can Roig y, el jueves Simón Cortés y sus rumbas de cantautor estarán en la Taberna Pikapote.